ANTIGUO TESTAMENTO 24: PROFETISMO
Nuestra palabra «profeta» tiene origen griego. La preposición griega pro significa “delante” y la raíz “pha” se refiere al habla. Teniendo eso en cuenta la palabra profeta puede entenderse como «hablar en vez de», «ser portavoz de» o también «hablar ante alguien», «hablar en voz alta», según el sentido de la preposición pro.
Sin embargo, a nuestra cultura ha pasado con el significado temporal de “por adelantado” y así significaría “El que anuncia el futuro”. Pero ese sentido no aparece directamente nunca en la Biblia. Esta palabra griega, es utilizada frecuentemente en la versión griega del AT y en el NT.
En el texto hebreo del Antiguo Testamento, se corresponde normalmente con la palabra «nabí», pero también traduce a otros vocablos: hozeh, «vidente» (2 Sm 24,11; Am 7,12); roeh, «vidente» (1 Sm 9,9.11.18.19). Se usan además otras denominaciones como «hombre de Dios» (1 Sm 9,6), «soñador» (Dt 13,2), etc., pero el vocablo más usado es sin duda «nabí» (plural nebiim).
¿Qué significa nabí? Parece que etimológicamente significaría «llamado», «convocado» para una vocación o misión concreta. Esto implica que la vocación profética, que es descrita cuidadosamente por algunos profetas, es muy importante para la legitimación del profeta.
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Ver explicación en YouTube: https://youtu.be/A71SIJkpakg